La vida de Aristóteles Onassis



"El pequeño griego hambriento puede hacer cualquier cosa".
Juvenal

"La vida de Aristóteles Onassis"

Peter Evans

Editorial Planeta, 1987




Prólogo


-Estilo, quizá, pero dicen que no tengo clase. Afortunadamente, la gente con clase está generalmente dispuesta a pasar por alto este fallo, porque soy muy rico. No se puede comprar la clase, pero sí la tolerancia hacia su carencia. Pág. 13


Capítulo 1

... Sócrates Onassis, tenía veintiocho años, y ya se estaba convirtiendo en uno de los comerciantes de tabaco y negociantes más ricos de Esmirna. Sócrates, el segundo de siete hijos, era un ciudadano turco con alma griega, y cuanto más se enriquecía, más griego se tornaba, aunque el turco siempre sería su primer idioma. Pág. 17
...
* Anatolia fue el nombre que se utilizaba para designar, a comienzos de este siglo, la parte de Asia occidental que, después de 1918, se convirtió en Turquía; incluía una amplia superficie alrededor de la ciudad y el puerto de Esmirna, principalmente poblada por griegos.

... Esmirna, Penélope tuvo su primer hijo, una niña, que bautizaron con el nombre de Artemisa, por la diosa griega de los animales salvajes y de la caza; dos años más tarde –probablemente, pero sin ninguna certeza, pues él cambiaba el día, el mes, y el año, según sus propósitos–, en la mañana del 20 de enero de 1900, nacía Aristóteles Sócrates Onassis. Pág. 19

("no importa el tamaño del perro en la pelea, sino las ganas de pelear por el perro")… Pág.. 24

-Puedes romper un florero –recordaría más tarde–, pero el olor de las flores nunca desaparece. Pág. 25

-Me di cuenta de que, si tienes una manzana dorada, tienes el poder. Puedes permitirte el lujo de actuar impunemente si tienes una sola manzana porque alguien más quiere... Pág. 36

-Para zafarse de una situación, o para entrar en un asunto, el secreto está en moverse a la velocidad adecuada, .. Pág. 38

-A los funcionarios corruptos les gusta saber que el que les paga se desprende fácilmente de su abundante dinero –así definiría Aristo su muy preciso sentido de la corrupción–. Pág. 42

Capítulo 3

-Es difícil mantener la vitalidad cuando se tiene hambre casi siempre. Pág. 45

Su primer momento de intimidad ocurrió a los pocos días de dicha fiesta. Aristo le dijo que se sentía como una crisálida "esperando tener fuerza para romper el capullo", a lo cual ella respondió que no todas las crisálidas se convierten en mariposas... Pág. 48

-A veces, para ganarse al auditorio completo, es mejor cantarle a una sola persona... Pág. 49

Su vida entera consistía en hacer tratos, el resto era sólo espera. Pág. 54

Este último aportó la inspiración, pero fue Gratsos quien, con sus estudios en la London School of Economics y sus conocimientos navieros, aportó la pericia. Y le correspondería ese papel durante el resto de su vida. Formaban un equipo formidable. ("Tenían la capacidad de enfocar un asunto desde dos puntos de referencia totalmente distintos: Costa moviéndose cautelosa, racionalmente, y Onassis utilizando su astucia animal, sus instintos", haría notar un ayudante más tarde.) Pág. 55

Aunque el tabaco proporcionaba todavía lo esencial de la fortuna de Aristo, éste empezaba a interesarse más y más por el transporte marítimo. Pág. 57

Capítulo 4

El tenía una voz algo ronca, de ricos coloridos, que hacía imposible no seguir escuchándola. Hablaba con un fuerte acento en inglés, en francés y en alemán, pero la suya era también la voz de un hombre para quien el idioma sería siempre un instrumento contundente más que un logro a pulir: lo que contaba era la eficacia de las cosas. Pág. 60

Ella diría más tarde que sabía que él era el tipo de hombre que siempre sacrificaría los intereses de los demás a sus objetivos privados; Pág. 61

Tener la voz cantante en su esfera se había convertido en una necesidad existencial par Aristo.
-Como Aquiles, lucho sólo por mi propia gloria -repetía... Pág. 63

No era la nostalgia de los muelles lo que lo atraía hacia estos lugares, sino una fascinación gravitacional como la que las bellezas rapaces sienten hacia los hombres con fortunas secretas. Pág. 64

-Uno no falla si no cesa en sus intentos. Un hombre no vale una mierda si no intenta ir contra la corriente una vez en su vida. Pág. 67

Capítulo 5

Odiaba tratar con los japoneses. Pero ese sentimiento no tenía nada que ver con la firma, por parte de Tokio, con la Alemania nazi, lo que había causado grandes conmociones en Washington y en Whitehall. Lo que le molestaba era la forma de negociar de los japoneses; la astucia cortés que escondía el implacable regateo no iba con su forma de ser. No le gustaba tratar con gente que podían pensar como orientales y actuar con tanta maña como cualquier occidental. Como diría posteriormente Ingeborg, quizá fuera porque él mismo era así. Pág. 76

Aún lo amaba mucho, pero sentía cierta compasión por él. Nunca podría relajarse ni gozar de una vida normal. Su ambición la entristecía, pues era una especie de avaricia. Con todo, su generosidad la desconcertaba, tanto como sus celos. Pág. 80

Sus amores siguieron el patrón de cualquier relación concebida con obsesión, por una arte, y capitulación por la otra. Pág. 83

Según un viejo chiste neoyorquino, cuando un griego conoce a otro, abren un restaurante. Pág. 85

De los 450 barcos griegos que habían participado en la guerra, 360 se habían hundido, junto con miles de vidas; Onassis no había perdido ni un solo barco, ni un solo marinero.

-El dinero no libera al hombre del trabajo duro, sólo de algunos tipos de trabajos duros. Pág. 96

Capítulo 6

Nunca sabía qué creer y qué no. El misterio que Ari guardaba en su fuero interno excitaba su imaginación de adolescente. Pág. 98

El 28 de diciembre de 1946, Ari y Tina se casaron. Pág. 100

Como toda mujer verdaderamente mundana, su fuerza residía en el artificio.

Y cuanto más se enriquecía, más humilde pintaba su pasado. Pág. 105

En términos de sensacionalismo, descubrir cómo ganaba su dinero era menos importante que saber cómo lo gastaba, y con quién. Pág. 106

-Niarchos rezumaba el ennui de los muy ricos; Onassis tenía la joie de vivre de los mendigos... Pág. 106

-Necesitaba adversarios. Se hubiera sentido perdido sin un enemigo a quien odiar... a veces el enemigo tenía que salir del círculo más íntimo de su propia familia. Pág. 106

Un millonario debe vivir siempre un poco más allá de su capacidad económica, para mantener su credibilidad, se jactaba Ari ante sus amigos, con la despreocupación característica del que sabe que ése no es su caso. Pág. 107

Capítulo 7

El príncipe Rainiero de Mónaco acogió con agrado el que Ari tomara posesión del SBM, ya que significaba una promesa de sangre y dinero nuevos. Pág. 112

-Mi vocación consiste en enriquecerme, y ni siquiera una victoria mundial del comunismo me lo impediría -proclamaba.

Potencialmente, las ganancias eran masivas, y las implicaciones globales enormes. Si tenía éxito, Ari sería más rico y poderoso que algunas naciones. Por tanto, era vital que el trato se concluyera rápidamente: ARAMCO, el consorcio dominado por cuatro poderosas compañías petroleras norteamericanas –Standard Oil Company of California, Mobil, Exxon y Texaco–, tenía un tratado con los saudís que incluía el derecho de transporte además de concesiones para la exploración y la explotación del petróleo. Este tratado había sido firmado en 1933 y su vigencia terminaba en el año 2000. Ari no subestimaba el furor que desataría el descubrimiento de lo que intentaba. Pág. 116

Capítulo 8

("El secretario de Justicia parecía tener todas las respuestas, antes de habernos hecho una sola pregunta)"... Pág. 122

-Los parentescos, como los principios, se olvidan cuando amenazan las ganancias -le explicó Ari. Pág. 126

En cuestiones de política, nunca es fácil saber dónde termina el interés nacional y empieza la defensa de las grandes compañías.... Pág. 127

("Si la vida es rica, supongo que no se puede esperar que sea también segura, le comentó a una amiga-)… Pág. 131

Capítulo 9

... por el Olympic Whaling, había pagado, en Lima, una multa de cincuenta y siete millones de soles peruanos, o sea, unos 2,9 millones de dólares, con un talón firmado por Ari, pero con el dinero de Lloyd’s. Ari dejó todo y, con Tina y los niños, se fue en avión al sur de Francia. Pág. 142

-Si se va a ser una mujer de mala reputación, sin ganar dinero, más vale ser una mujer honesta -replicó Ari. Pág. 144

A Ari le gustaba decir que Montecarlo siempre sería próspero mientras existieran tres mil hombres ricos en el mundo.

No era extraño ver en el yate hasta una docena de celebridades internacionales, así como miembros de la realeza. Cuando ya no se pueden calcular los ingresos de los multimillonarios, sus excesos son los que llaman la atención: la avaricia de Sha, la frugalidad de Getty; la enfermiza y excesiva necesidad de esconderse de Howard Hughes. Y el sentido del espectáculo o exhibicionista de Ari. Pág. 145

-Las mujeres hermosas no soportan la moderación –había manifestado Ari en una ocasión–. Necesitan un suministro inacabable de excesos. Pág. 150

-La falta de felicidad en mi vida se esconde detrás de muchísimo placer. Pág. 156

-Si quieres que te aprecien, debes juntarte con gente estimable -le repetía una y otra vez. Pág. 157

Capítulo 10

"Nuestro país es aquel en donde nos va mejor". Aristóteles. Pág. 161

-Las compañías petroleras se propusieron destruir a Ari, y, en el proceso, lo convirtieron en uno de los hombres más ricos del mundo -señaló Costa Konialidis. Pág. 163

La gente estaba hambrienta y cuando María (Callas) cantaba para las tropas alemanas, aceptaba con gratitud los comestibles que le regalaban. Se trataba más de un acto de supervivencia que de colaboración. Pág. 176

Ari siempre se había sentido atraído por el éxito, por aquellos que eran los mejores en su mundo, y cuya amistad podía añadir brillantez a su propio nombre. Pág. 177

-Necesita espacio en el mundo. Cuando le falta espacio, causa estragos en objetos y personas. Pág. 178

¡Estamos flotando en mierda! La respuesta del capitán encantó a Meneghini:
-La verdadera mierda es la que existe a bordo. Pág. 184

Ari, que nunca confiaría en alguien que rechazara un soborno, contestó:
-Uno debe dejar que los seres más cercanos y más queridos se vayan al infierno, cuando ya no le son útiles a uno. Pág. 185

Capítulo 12

-No es difícil enamorar a alguien. Lo difícil es vivir con las consecuencias... Pág. 195

-Cuando has llegado a cierto punto, el dinero no sólo deja de ser un problema, sino que también deja de ser importante. Lo importante es ser feliz y estar tranquilo. Pág. 196

-Cuando existen desprecio tras desprecio, e insulto tras insulto, el amor que queda es a menudo ilógico, pero también es indestructible -respondía-. Es una especie de locura y nadie es loco por elección. Pág. 198

Las provisiones del Christina incluían ocho variedades de caviar, los mejores vinos añejos y frutas exóticas, transportadas por avión de todas partes del mundo (con los cumplidos de Olympic Airways). A los sesenta hombres de la tripulación se añadían dos peluqueros, tres cocineros, una masajista sueca y una pequeña orquesta para poder bailar por las noches. Todos ellos zarparon, a principios de octubre, hacia donde deseara ir la Primera Dama (que ocupaba el camarote principal, Chios). Pág. 199

-Nunca cometí el error de pensar que es un pecado ganar dinero -dijo.

-El pastor, cuando regresa la primavera -le indicó María a Panaghis Vergottis esa noche en París-, ya no piensa en el frío que se fue. Pág. 202

-Mientras los oiga moverse y silbar como serpientes allí, sé que estoy en la cumbre. Si no consiguiera nada de mis enemigos, sabría que estoy empeorando. Sabría que ya no me tienen miedo... Pág. 204

-La única gente libre es la que no ama a nadie -manifestó Ari. Pág. 215

Después del asesinato en Dallas, aunque nunca cedió públicamente a la desesperación, la envolvía un aura de tristeza, derivada de la conciencia de su propia historia. Ahora, en el mundo de Ari, parecía que hubiera redescubierto un terreno conocido bajo sus pies: un regreso a tiempos más seguros y más espléndidos. Pág. 220

"Cuando las cartas están sobre la mesa –había indicado en una ocasión–, el dinero cuenta más que la religión". Pág. 221

“Lo terrible del mercado no reside en ser vendido, sino en ser vendido barato". Pág. 228

Aun así, Ari sentía que había conseguido un buen trato. En esa parte de su cerebro que se encargaba de las sumas, el trato era más importante que la conquista. Pág. 229

Un millonario envejecido y enamorado constituye una fuente normal de preocupación para sus herederos. Pág. 233

“(A mi padre le encantan los nombres y a Jackie le encanta el dinero". Cristina Onassis)

Era una buena idea y a todas luces formaba parte de la vida fantástica que se había imaginado, ahora que había adquirido a Jackie. Pero ése no era su estilo. Él necesitaba hacer tratos. Los tratos siempre habían sido básicos para él; de alguna forma psíquica, los necesitaba. Un trato implicaba un adversario; un adversario implicaba una confrontación, y la fuente de su fuerza residía en las confrontaciones. No podía vivir sin adversarios, como un árbol no puede vivir sin tierra. Y así como los árboles del manglar producen su propia tierra, Ari creaba sus propios enemigos. Pág. 236

Capítulo 14

-Ari no quería un hijo que lo amenazara en ningún aspecto. Sentía celos de su atractivo y su encanto. Sus reacciones ante los éxitos de Alejandro no eran las que normalmente tiene un padre hacia su hijo. Procuraba humillarlo, menospreciarlo tanto como podía... basta con ver cómo contó su educación sacándolo de la escuela con el más mínimo pretexto. Sencillamente, no quería que Alejandro fuera más astuto o juicioso, o mejor educado que él. Pág. 251

-La obediencia no vale nada –gruñó, cuando se le hubo pasado la ira inicial–, si no está en ti el poder escaparte de vez en cuando. Pág. 264

Capítulo 15

"Los acontecimientos por venir proyectan con antelación su sombra". Cicerón. Pág. 270

Capítulo 16

-Dos cosas odiaba Ari en el mundo: los políticos y la gente de la prensa -recuerda Salinger que había tenido ambas ocupaciones.

-Los millones no siempre dan la medida de lo que un hombre necesita en la vida -apuntó. Pág. 288

En verano, regresó a Escorpios por primera vez desde el entierro. Como si de un gesto simbólico se tratara, como si el pasado hubiera sido enterrado junto con Alejandro, invitó a Tina y a Stavros Niarchos a visitar la tumba con él. Sus yates se encontraron a mitad de camino entre sus islas particulares.

-Fue una reunión muy extraña, en medio del mar, esos dos enormes yates… como si dos guerreros se reunieran para firmar un tratado de paz en aguas neutrales, o algo así –recapitula Geraldine Fuller–. Pero, por alguna razón, a Jackie la idea la enfureció. Hubiera preferido que Stavros no fuera, y cuando nos invitaron a bordo del nuevo yate de éste Atlantis, se negó a ir.
-Ari era muy rico y atractivo, pero en el fondo siempre se sintió como el hombrecito griego de Esmirna.
Ari siguió bebiendo su whisky escocés etiqueta negra preferido, y cantando las baladas griegas que le encantaba escuchar de noche. Pero sus amigos observaron que la sensación de energía había desaparecido. Pág. 289

Conscientes de que no sólo los entusiastas de la belleza, sino también los ecologistas universitarios, son particularmente sensibles al desarrollo de refinerías de petróleo, en ciudades que no habían sido estropeadas, como Durham, sede de la Universidad de Nuevo Hampshire, decidieron que era esencial moverse con rapidez. Los ejecutivos de Olympic Oil Refineries (haciéndose pasar por compradores de casas, pretendiendo "estar cansados del exceso de gente en la vida urbana y anhelar el aislamiento"... Pág. 290

-Con el dinero no se fuerza, querida. Se seduce -respondió con un vestigio de su antiguo encanto-. Pág. 292

-Dios me está castigando porque siempre mordí más de lo que podía masticar -añadió. Pág. 312

El sábado, 15 de marzo, llovió durante quince horas y nueve minutos en París. Fue la lluvia más duradera de ese invierno, y, cuando cesó, Ari Onassis estaba muerto. Pág. 314

Ari siempre tenía el dinero en mente, Cristina entendía eso... los Kennedy lo tenían en el corazón, también eso lo entendía. Pág. 316

"No iniciar nunca un negocio, una batalla o un amorío si el temor a perder eclipsa la posibilidad de ganar". Pág. 319
Enlace
Cristina tiene un alma griega, pero una mente norteamericana, mientras que Peter se crió con el ideal de la sumisión femenina ante el macho. Pág. 322

-Sencillamente, no entendía que la soledad no se alivia con mucha gente y que la compañía de un amigo verdadero es, a veces, la única necesaria... Pág. 335

... parecía como si quisiera castigar al mundo por hacerla tan rica y tan condenadamente desgraciada. Pág. 336

Extraído de: http://recitas.blogspot.mx/2004/05/aristoteles-onassis.html

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