La belleza de Merle Oberon




Hoy en día, el nombre de Merle Oberon probablemente no le diga nada a casi nadie, con la excepción de algunos cinéfilos recalcitrantes. Y sin embargo, esta dama fue parte del panorama de la belleza cinematográfica en los '30s y '40s, o sea, en los tiempos tempranos del cine sonoro. En el año milagroso de 1939, donde coincidieron varias pelis consideradas ultraclásicas del cine ("Lo que el viento se llevó", "El Mago de Oz", etcétera), Merle Oberon fue la protagonista de uno de esos ultraclásicos precisamente, en concreto la peli "Cumbres borrascosas". Y sin embargo, dejando el talento actoral aparte, la belleza de Merle Oberon esconde una historia de tragedia que algo dice sobre Hollywood como la ciudad de las ilusiones...





Partamos diciendo que Merle Oberon, al igual que otras muchas estrellas femeninas de la primera mitad del siglo XX, escondió o falseó deliberadamente su pasado. Tales cosas se hacían para evitar prejuicios contra las actrices (prejuicios racistas, muchas veces) y envolver su belleza exótica (muchas veces multirracial) en un halo de misterio que atrajera a la audiencia. Durante años se dijo que había nacido en Tasmania, aunque parece que Merle Oberon era al final la hija de una relación interracial en la India (galesa-indostánica, más precisamente), nacida en 1911. El caso es que en los '30s consiguió abrirse paso en Hollywood, con "La vida privada de Enrique VIII" y sobre todo "Pimpinela Escarlata". Parecía destinada a grandes cosas, y de hecho llegó hasta el set de "Cumbres borrascosas" al final de la década, como dijimos, pero antes la tragedia se cebó en ella.

En el año 1937, en Londres, Merle Oberon sufrió un accidente automovilístico. Del mismo salió con cicatrices bastante complicadas en la cara. Aunque suene machista, puede que el talento en Hollywood abra puertas, pero es la belleza la que las mantiene abiertas para la generalidad de las mujeres, de manera que debía disimularse en cuanto fuera posible las cicatrices. El técnico Lucien Ballard, que trabajaba en iluminación, diseñó entonces un dispositivo que se pegaba al lado de la cámara, y que arrojaba luz directamente sobre el rostro de la persona enfocada, eliminando así la mayor parte de las sombras sobre el rostro... incluyendo las causadas por las cicatrices. El aparatito de marras incluso recibió el nombre de "Obie", que era también el sobrenombre de Merle Oberon. Por cierto, tanto profesionalismo tendría su recompensa: años después la Oberon se divorciaría [1945] del director Alexander Korda (uno de los grandes de la fase temprana de la Golden Age en Hollywood), y contraería matrimonio con Ballard, precisamente...

Pero no acabó ahí el asunto. Merle Oberon no es la primera ni última actriz en sufrir un accidente automovilístico, pero resulta que además, su piel era extraordinariamente delicada. Como resultado, en un par de ocasiones el maquillaje le jugó una broma pesada: reaccionó con las sulfamidas que Merle Oberon estaba consumiendo, y le dejó algunas muy feas cicatrices, que fueron a añadirse a las otras. Las cicatrices acabaron por curar, es cierto, pero aún así, dicen los testigos, eran notorias cuando la actriz estaba sin maquillaje...

Falleció de un accidente cerebrovascular a la edad de 68 años.







Filmografía

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Extraído de: A

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