El Carnicero de Hannover



Entre las espeluznantes crónicas del crimen a lo largo de los tiempos, la bestialidad del Carnicero de Hannover ocupa una plaza destacada. Este fue el nombre con el que es mejor conocido el señor Friedrich Haarmann ("Fritz", para los amigos), quien vivió entre 1879 y 1925, y a quien se le comprobaron 24 víctimas.



El modus operandi de Fritz Haarmann no puede ser descrito de otra manera sino como enfermizo. Era homosexual, y buscaba a sus víctimas entre los jóvenes masculinos, fueran prostitutos o vagabundos. Luego los llevaba a su apartamento, y mientras los sodomizaba, les rajaba el cuello con un cuchillo. Luego, según se dice, vendía la carne en el mercado negro, sin despertar demasiadas sospechas, porque sus crímenes principiaron en 1919, después de la Primera Guerra Mundial, y con una Alemania literalmente hundida en ruinas y sumida en una pavorosa escasez, nadie hacía demasiadas preguntas por la procedencia de la comida. En cuanto a las ropas y pertenencias de las víctimas, se las pasaba a un tal Hans Grans, quien se las arreglaba para venderlas a bajo precio por ahí.

El juicio de Friedrich Haarmann fue enormemente mediático para la Alemania de su tiempo. Antes de su ejecución, firmó una carta de confesión, en la que exculpó de toda responsabilidad a Hans Grans. Quizás esto puede haberle evitado la guillotina, pero aún así, Hans Grans acabó en prisión. En cuanto a Haarmann, acabó guillotinado el 15 de Abril de 1925.





Fritz Haarmann tuvo una niñez tormentosa, constantemente era humillado y vejado por sus padres, su papá era fogonero en el ferrocarril alemán pero lo abandonó cuando su esposa recibió una herencia lo suficientemente grande como para mantener a una familia de con seis hijos.

Nació en Alemania en 1879, su madre lo protegía y consentía, y por lo tanto tenia un carácter caprichoso y disconforme, con un amor enfermizo hacia ella. Desde temprana edad demostró inclinaciones sexuales hacia su mismo sexo. Habitualmente jugaba con muñecas y esta actitud enfurecía a su padre quien lo azotaba despiadadamente. Cuando cumple 16 años, su padre, como último recurso para reformarlo, lo envía a la escuela militar (esto gestó en Fritz una ira hacia su padre para toda la vida), pero la abandonó luego de sufrir un desmayo y convulsiones en un desfile militar, un años mas tarde tuvo su primer encuentro con las fuerzas policiales, cuando fue acusado de violar a un niño, lo enviaron a un sanatorio mental donde luego de seis meses escaparía.

Se enroló en el ejército en 1903 y al terminar su servicio militar comienza su carrera delictiva y se unió a una banda de contrabandistas, constantemente entraba y salía de prisión, se le acusó entre otros de abusos a menores (pone de manifiesto su homosexualidad), robo, contrabando etc.

Para cuando comenzó la primera guerra mundial, Haarmann se hallaba encarcelado y fue liberado en 1918 justo cuando la guerra había terminado y Alemania se hallaba hundida en la miseria y la confusión, Hannover se había convertido en una ciudad llena de estafadores ladrones y asesinos, Haarmann como muchos otros comenzó a frecuentar la estación central del ferrocarril, allí concurría mucha gente pues por una pequeña suma de dinero se podía conseguir cualquier cosa y una de ellas era comida.

En la estación del ferrocarril Haarmann comenzó a trabajar como carnicero clandestino donde prosperó, dado que tenía los precios más bajos que el resto de carniceros, y a su ves fungía también como informante de la policía, incluso lo llamaban detective Haarmann.

Haarmann se hizo popular en la estación por sus actos caritativos, pues muchas veces despertaba a chicos vagabundos y los llevaba a su carnicería ofreciéndoles techo y alimento, curiosamente nadie notó que los chicos nunca salieron de la carnicería, todos eran chicos jóvenes.

Se cuenta que una señora acudió a la policía con un trozo de carne comprado a Haarmann quejándose de que parecía humana, el policía le contestó que se considerara afortunada, dado el mal momento de la Alemania de post guerra y no todo el mundo tenía las condiciones para comprar un trozo de carne.

Friedel Rothe un chico de 17 años que había escapado de su casa se le vio entrar junto con Haarmann en el 27 de Cellarstrasse, al tiempo que su madre lo buscaba para que volviera a casa, un amigo le contó donde lo había visto y de inmediato fueron con la policía a casa de Haarmann, no encontraron a Rothe pero para sorpresa Haarmann fue encontrado cometiendo un acto sexual con un chico, tiempo después en su juicio, Haarmann declararía:


“En ese momento cuando la policía me arrestó, la cabeza del chico Friedel estaba escondida envuelta en papel de periódico detrás del horno. Más tarde la tiré al canal”.


Luego del incidente en su casa, fue enviado a prisión por nueve meses, al salir conoció a Hans Grans (pedófilo y homosexual como él), se convirtieron en amigos cercanos, amantes y socios, continuaron atrayendo chicos y despedazándolos con un fuerte mordisco en la garganta, para después separar la carne de los huesos, vender la carne al mercado y arrojar los huesos sobrantes al río Leine, adicionalmente vendían su ropa en el mercado.

Aunque se corrieron rumores en la ciudad de que se estaba vendiendo carne humana y que Haarmann era sospechoso entre otras cosas por sus precios tan bajos y por que de vez en cuando se le veía transportar cubos llenos de sangre por los pasillos, nadie investigó.

En mayo de 1924 mientras unos chicos jugaban a orillas del Río Leiner se toparon con un cráneo humano, y así día tras día se fueron encontrando cráneos e incluso un saco lleno de huesos, la noticia horrorizó a la ciudad, la gente se reunía a orillas del río para ver a la policía sacar más y más huesos, drenaron parte del río para hacer más fácil la extracción de los huesos y no fueron decepcionados, en un solo día extrajeron cerca de 500 huesos, todos de jóvenes adolecente, de inmediato las sospechas recayeron sobre Haarmann.

Se trajeron policías de otras ciudades para que Haarmann no los reconociera, y no tardaron en capturarlo, lo vieron con un chico de la calle diciendo que había viajado en el tren si boleto, pero el niño lo acusó de abusar sexualmente, de inmediato fue llevado a prisión, al tiempo que registraban su casa.

Tras un extenso interrogatorio Haarmann confesaría haber violado, asesinado y descuartizado cerca de 30 jóvenes, incluso en el juicio cuando se le leyeron la lista de sus victimas Haarmann contestaba “no estoy seguro de ese” se cree que fueron cerca de 40 jóvenes, todos entre 12 y 18 años. Haarmaann declararía:

“mis crímenes no eran para sacar un beneficio con la venta de carne humana, sino que estaba motivado en un momento de frenesí erótico que me conducía a matar para satisfacer mis irrefrenables deseos…”

"Se suele decir que la carne humana se parece a la de cerdo o a la de cordero. Qué va, es más oscura; tampoco se parece a la de caballo. Si alguien lo sabe, ése soy yo, ha pasado mucha por mis manos".



El 15 de abril de 1925 fue decapitado. Curiosamente no se le juzgó por la venta de carne humana, los jueces consideraron que con los asesinatos era suficiente para condenarlo. Hans Grans fue declarado culpable de asesinato y sentenciado a cadena perpetua.

El Carnicero temía ser considerado loco y que lo enviaran a una Institución para enfermos mentales y pidió ser condenado a muerte, a pesar de que su abogado trató de justificar su accionar como consecuencia de la infancia traumática que había vivido.

De todo modos, los psiquíatras citados alegaron que el acusado era lúcído y consciente de sus actos. Después de trece audiencias se conoció el veredicto: Hans Grans estaba condenado a una pena de muerte y Friedrich Haarman a veinticuatro penas de muerte. Una vez en prisión y a la espera de la ejecución, se mostró muy nervioso y solicitó el auxilio espiritual de un sacerdote.

Además escribió una carta asumiendo la responsabilidad de todas las muertes, en un intento por salvar a su cómplice que, gracias a esta actitud, logra que su caso sea revisado y en razón de sus veinte años, su pena fue conmutada por doce años de reclusión. El Carnicero de Hannover fue guillotinado el 15 de abril de 1925, su cerebro fue enviado a la Universidad de Goettin para su estudio. Su última voluntad fue pedir el siguiente epitafio para su tumba: Aquí yace El Exterminador. Este deseo no fue cumplido y la azarosa vida de Haarman inspiró la película Tenderness of the Wolves, de 1974.


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