Los pies vendados o pies de Loto





Uno de los fetichismos o fijaciones eróticas más comunes en los hombres es el de los pies, lo que provoca que el varón se excite al ver, tocar, acariciar… los pies de una mujer. Según la teoría de Freud, el chico introvertido lo primero que ve son los pies de la dama y el cerebro de algún modo le atribuye propiedades sexuales…


Dice una leyenda que en el siglo X, el emperador Li Yu ordenó a su concubina favorita vendarse los pies con cintas de seda y bailar sobre una plataforma que tenía esculpida una flor de loto. Se desconoce todavía el orígen exacto del vendaje de los pies en China pero, más o menos verídica la leyenda, se sabe que las primeras que empezaron a vendar sus pies fueron las bailarinas de palacio en el siglo X, con el objetivo de realzar la gracia de sus movimientos. De la corte se extendió a las clases altas y en el siglo XVI se popularizó por todo el territorio chino y en todas las clases sociales.

Con el paso del tiempo, el significado se volvió absolutamente opuesto -de realzar la gracia de los movimientos a restringirlos-, adaptándose a los valores femeninos defendidos por Confucio: la vida doméstica, la virtud, la maternidad y el trabajo manual.

A pesar del cambio de significado, la sensualidad inicial, lejos de perderse se acentuó y el ‘pie de loto’ era considerado la parte más erótica del cuerpo de la mujer. Sin embargo, para que los pies se convirtiesen en loto dorado –obra de arte y objeto de deseo– debían medir sólo siete centímetros y reunir las siguientes características: ser delgados, pequeños, puntiagudos, arqueados, perfumados, suaves y simétricos.


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Dice un dicho chino, “Un cara bonita, es un regalo del cielo, un par de pies bonitos es trabajo mío”. Y ese duro trabajo empezaba a la edad de cinco o seis años, de las manos de las madres, siempre que éstas pudiesen permitirse mantener a la hija sin trabajar fuera de casa.


Durante mil años, entre los siglos X y XX, las mujeres chinas fueron sometidas a una practica que tenia como resultado la deformación de los pies.

Esta practica se llamaba "Pies vendados", a la cual eran sometidas las mujeres jóvenes a partir de los 6 años y en algunos casos menos. Los pies eran vendados y apretados de tal forman que no pudieran desarrollarse normalmente, en su lugar se romperían los huesos y se reformarían, llegando a medir entre 10 y 15 cm.

Hoy en día es una causa frecuente de discapacidad entre algunas mujeres chinas ancianas. A pesar del cambio de significado, la sensualidad inicial, lejos de perderse se acentuó y el ‘pie de loto’ era considerado la parte más erótica del cuerpo de la mujer. El vendaje de los pies, el símbolo más característico de la identidad femenina en la China tradicional, fue prohibido en 1911 y duramente perseguido por el gobierno comunista.

El motivo principal de su desaparición fue un nuevo cambio de significado, propiciado por la influencia extranjera en el siglo XIX. Encerradas en la habitación, la madre le cortará las uñas de los pies, el momento propicio para la iniciación era revelado tras una consulta astrológica y en el día elegido se ofrecían a los dioses pasteles de arroz para que éstos permitiesen que los pies de su hija fuesen tan suaves como esos pasteles. Desde ese día y durante un periodo comprendido entre seis meses y dos años la hija sentirá un dolor insoportable, hasta que el nervio se muera y deje de sentir ningún tipo de dolor.

Los pies se poníán en remojo con una mezcla de hierbas y sangre animal paraeliminar las posibles infecciones de la piel. En ese momento su propia madre le rompía los 4 dedos más pequeños y los aprisionaba contra el talón para luego vendarlos con seda o algodón. Este ritual se repetía cada dos días con vendas limpias y durante 10 años.

A pesar de estar prohibida la práctica existen mujeres de avanzada edad que al nacer en zonas más aisladas continuaron con la tradición un periodo más prolongado de tiempo. Aún es posible encontrar a algunas de estas mujeres. Las siguientes fotos fueron realizadas en la población de Liuyi, situada en la provincia de Yunnan. La mujer se llama Zhou Guizhen y tenía 86 años en el momento de ser tomadas las fotografías.











EnlaceExtraído de: A

1 comentarios:

Milagros Fernandez dijo...

gracias por la informacion que otorgas! felicitaciones por divulgar conocimiento!

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