Cuando Oscar Wilde fue a la cárcel por sodomía



A estas alturas no es ningún secreto la homosexualidad de Oscar Wilde, pero en la época Victoriana, en la que le tocó vivir, sus preferencias sexuales escandalizaron a Gran Bretaña. Más que nada porque era ya un escritor de renombre y quizá fue uno de los primeros intelectuales en sacar la cabeza del closet.



Oscar Wilde


Para entender la historia debo comentar que para su época, la época victoriana, Oscar Wilde llevaba un estilo de vida bastante licencioso. A pesar de estar casado con una aristócrata inglesa, Wilde era conocido en el bajo mundo londinense por su preferencia por los muchachos jóvenes, y por gastar grandes sumas de dinero dándoles regalos costosos a sus amantes masculinos, que por lo general, eran púberes prostitutos. Y no es que durante el día se cuidara más, sino que era más selectivo y discreto; trataba en algo de cuidar las formas y apariencias, vamos, que estaba casado y tenía dos hijos.

Bueno, a mediados de 1891 le presentaron a un estudiante de Oxford llamado Alfred Douglas alias “Bosie”, del cual se enamoró profundamente. Las biografías dicen que fue amor mutuo y a primera vista, pero claro, mantenido en el más absoluto secreto por ambos, tanto es así, que Oscar Wilde se dio el lujo de llevar a su casa a Bosie y presentárselo a su esposa, para evitar las sospechas obviamente.



Alfred Douglas "Bosie"


Alfred Douglas era otro aristócrata, su padre era el Marqués de Queensberry, un hombre ateo poco acostumbrado a que le llevaran la contraria.

El Marqués de Queensberry enseguida empezó a sospechar del nuevo amigo de su hijo y de la naturaleza de aquella relación. Aquí cabe destacar que el Marqués de Queensberry era un hombre a carta cabal, aficionado y promotor de peleas, de hecho a él debemos la creación de las reglas modernas del boxeo. ya pueden imaginarse.




Marqués de Queensberry, padre de Alfred Douglas


Queensberry acabó por perder la paciencia y se enfrentó con su hijo delante de Wilde. Les advirtió que no permitiría una relación entre ambos ni que el escritor, por más afamado que sea, descarrile a su hijo por la homosexualidad. Palabras más, palabras menos.



Alfred Douglas (izq) y Wilde


En vista de que su advertencia no surtió efecto, decidió tomar cartas en el asunto. En junio de 1894, casualmente dicen, encontró a Oscar Wilde en la calle y aclaró su postura:
"Yo no digo que sean, pero lo parece, y se comportan como tales, lo que es igual de malo. Pero lo único que te digo, es que si te pillo de nuevo con mi hijo en cualquier restaurante público te daré una paliza."
A lo que Wilde respondió: "No sé cuáles son las reglas de Queensberry, pero la regla de Oscar Wilde es disparar sin aviso". El conflicto se había desatado.

El Marqués de Queensberry, que lo había mandado a investigar, un día se plantó en Albemarle Club, un antro londinense que frecuentaba Wilde y le dejó una nota al portero en una de sus tarjetas personales: “A Oscar Wilde, que alardea de sodomita” (por cierto, con faltas de ortografía).



Tarjeta personal del marqués


Pasaron dos semanas hasta que Wilde llegara y la leyera. El portero del club, que la había leído antes, aseguró a Wilde que nadie más la había visto. La cosa podía haberse quedado ahí, pero Wilde decidió querellarse contra el Marqués por injuriarlo como sodomita. Contrató al abogado Charles Humphreys quien, antes de aceptar su defensa, preguntó a Wilde qué había de cierto en la afirmación de Queensberry. Éste contestó que nada y sólo así, el abogado aceptó defenderlo. Este error de Oscar Wilde acabó con su vida privada y su carrera, fue el inicio de su ocaso.

El jurado declaró al Marqués no culpable ya que consideraron que Wilde sí que había alardeado de su orientación sexual. Esta absolución estuvo seguida de la detención de Wilde sin derecho a fianza y del embargo de sus bienes. El 26 de abril de 1895, se inició el primer proceso contra Wilde por pervertir a la juventud y contra Alfred Taylor (proxeneta londinense), por proporcionarle jovencitos.

Mucho se ha hablado de cómo se llevó este juicio. Que el Marqués había hecho seguir a Wilde desde mucho antes (ya eran cuatro años desde que se conocieron), que los testigos estaban pagados, que la prensa hizo un circo, pero lo cierto es que Wilde tuvo una actitud entre apática y ofendida que no lo ayudó durante el proceso. Su preocupación era defender a su amante, que, por cierto, dicen que no estuvo a la altura, ya que parecía que salía con Wilde sólo para fastidiar a su padre.



Juicio a Oscar Wilde


El abogado de Wilde en este proceso, Edward Clarke, consiguió que el Jurado fuera incapaz de alcanzar un veredicto y que se pusiera a Wilde en libertad. Ésta le duró muy poco, ya que se había decidido condenar a Wilde aunque hubiera que iniciar un segundo proceso. Y así se hizo. El 20 de mayo de 1895 se inició el segundo proceso en su contra que resultó en una condena a dos años de trabajos forzados que cumplió en la cárcel de Reading donde al entrar perdió su nombre y simplemente pasó a ser el reo C.3.3. En esta etapa su salud terminó gravemente deteriorada. Oscar Wilde tenía 41 años cuando entró a prisión.

Hay que decir que ambos procesos fueron un verdadero linchamiento, llenos de sensacionalismo y de interpretaciones maliciosas de las obras de Wilde. Por temor a la persecución, su amante y varios de sus amigos intelectuales huyeron a París dejándolo sólo.



Una de las últimas fotografías de Oscar Wilde y su amante juntos


Después del encarcelamiento de Wilde, su esposa cambió de nombre, también se los cambió a sus hijos y se los llevó a Holanda para desvincularse del escándalo. Lo obligó también a renunciar a sus derechos como padre y más tarde, después de haber sido liberado, se negó a seguirle manteniendo si lo veían con hombres o en compañía de su amante.

En la prisión escribió De Profundis, una larga y dolorosa carta a su amante Alfred Douglas, que -según sus biógrafos- por su comportamiento mezquino, no se la merecía. La carta no se la permitieron enviársela mientras estuvo preso, pero tras su liberación, le dio el manuscrito a un amigo en común, con instrucciones de enviársele una copia a Alfred Douglas, quien mucho después negó haberla recibido. De Profundis fue publicado parcialmente en 1905, su publicación completa y correcta, se produjo en 1962 en Las cartas de Oscar Wilde. Si desean descargar De Profundis, pueden hacerlo aquí.

Wilde murió en Francia tres años después de salir de la cárcel.


Fuentes y referencias:
1, 2, 3, 4, 5, 6, 7






Extraído de: A

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