Desembarco de Maximiliano de Hasburgo




El 29 de mayo de 1864 desembarcó
en Veracruz el archiduque de Austria, Fernando Maximiliano de Habsburgo, a quien un sector de la sociedad mexicana, apoyado en el Ejército francés que ocupaba nuestro suelo, había ofrecido la corona de México.


Maximiliano era hermano del emperador de Austria. Nació en 1832, recibió una educación de príncipe, en la que sobresalió por su esmero, y la complementó con numerosos viajes. En 1857 se casó con Carlota Amalia, hija del rey de Bélgica, y posteriormente destacó como ilustrado y reformista gobernante del reino Lombardo-Véneto, que entonces era una posesión del imperio austríaco y hoy forma parte de Italia.


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ANÓNIMO, MAXIMILIANO Y CARLOTA SE DIRIGEN AL TRONO DE MÉXICO. 1864, LITOGRAFÍA, MUSEO NACIONAL DE HISTORIA, INAH


Pero al lado de su amplia cultura y su viva inteligencia, su capacidad de conciliación y negociación y sus vigorosos impulsos reformistas, tenía una notable debilidad de carácter, una ligera frivolidad y un desconocimiento casi absoluto de la situación y las características de México. Creía que, como había hecho en Lombardía, bastaba con impulsar leyes justas para fundar la felicidad de aquel remoto y desgraciado país transoceánico. Fueron esa frivolidad y ese desconocimiento de México lo que lo llevaron a aceptar la corona.

La primera vez que Maximiliano conoció los proyectos monárquicos de los conservadores mexicanos, y su calidad de candidato al trono, fue en septiembre de 1861. Desde ese momento, Maximiliano se dedicó a aprender el español y a estudiar la Historia de Méjico de Lucas Alamán, al mismo tiempo que entró en contacto con los conservadores mexicanos exiliados.

Cuando el Ejército francés, aliado con los conservadores mexicanos, tomó la Ciudad de México, en 1863, Maximiliano respondió a las invitaciones formales que se le hicieron diciendo que asumiría el trono sólo si ese era el deseo de la mayoría de la nación mexicana, de modo que los conservadores organizaron un plebiscito que únicamente tuvo efecto en los territorios dominados por los franceses y, con resultados amañados, convencieron al ilustre príncipe.

Así fue como Maximiliano aceptó la corona de México. Luego de firmar un tratado con el emperador francés, cuyos ejércitos lo sostendrían en un principio, y de renunciar a sus derechos al trono austríaco, embarco hacia nuestro país, llegó frente al puerto de Veracruz el 28 de mayo y pisó nuestro suelo por vez primera al día siguiente.


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ESCUDO DEL SEGUNDO IMPERO, MUSEO NACIONAL DE HISTORIA, INAH


Así nació el efímero segundo imperio mexicano, que tres años después le habría de costar la vida al ingenuo y desdichado príncipe y a sus más importantes partidarios, como los valerosos generales conservadores Miguel Miramón y Tomás Mejía.




Escrito por: LUIS SALMERÓN




Fuente: RELATOS E HISTORIAS DE MÉXICO. Número 33. Mayo 2011.

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