Como Estados Unidos inspiró al Tercer Reich




El mejor asiento de primera fila para ver el espectáculo de la Revolución Mexicana, se encuentra en el Paso (Texas), junto a su hermana fronteriza Ciudad Juarez en México. En este Paso del Norte escenario de “hermandad vecinal”, durante décadas, las autoridades sanitarias de EE.UU., utilizaron productos químicos nocivos, y muy a menudo tóxicos. ¿Y con que propositos?, pues simplemente para despiojar a los mexicanos que buscaban cruzar la frontera hacia los Estados Unidos.

Un reciente libro del historiador David Dorado Romo, cuenta los tristes aberraciones a que fueron sometidos comenzando cuando en 1917 una muchacha mexicana de 17 años, se negó a tomar un baño de gasolina animando incluso a otras 30 mujeres más a hacer lo mismo…

La criada, Carmen Torres, cruzó todos los días de Juárez a El Paso para limpiar algunos hogares estadounidenses. El baño de gasolina era extremadamente nocivo, pero muy eficaz para matar los piojos que llevan tifus. Antes de cruzar, los mexicanos tenían que bañarse y recibir una minuciosa revisión desnudos mientras su ropa era tratada en enormes secadores de vapor, que a menudo, eran tan potentes que fundían algunos zapatos.



Cuando la señorita Torres y el resto de las amotinadas resistieron el procedimiento humillante, se desató una furia colectiva conocida como los disturbios del baño. Las amas de casa mexicanas que se rebelaron tenían todos los motivos para éllo, pues dentro de un edificio de ladrillo, el personal de salud, además de la rutinaria inspección habían estado secretamente fotografiando a las mujeres desnudas para luego exponerlas en una cantina local.

Más de 200 mujeres mexicanas se sumaron a la amazonas Carmelita Torres bloqueando todo el tráfico en El Paso, al mediodía, el número llegó a ser de varios miles. Para sofocar la revuelta femenina, se presentaron tropas del general Francisco Murguia, conocidas como “el esquadrón de la muerte”, con insignias y calaveras cruzadas, conocidos por su rudeza e intimidación. Finalmente los EEUU. y las tropas mexicanas sofocaron el motín y la joven Torres fue arrestada, aunque no en vano, pues este hecho provocó un levantamiento en contra de una política de contradicciones que cambiaría el curso de la historia en El paso y Juarez durante décadas.

El alcalde de El Paso Tom Lea, solía llevar ropa interior de seda, la razón de la elección particular de la ropa interior no era dandismo extravagante, sino un temor profundamente arraigado de contraer el tifus de los inmigrantes mexicanos. El alcalde constituyó el nuevo tipo de político “anglo”, durante la era progresista… Según Lea, progresista no significaba necesariamente ser liberal, sino significaba “ser limpia la ciudad”…



Tom Lea envió cartas y telegramas a los funcionarios de Washington durante meses pidiendo una cuarentena total contra los mexicanos en la frontera. Él quería un campo de cuarentena para contener todos los inmigrantes durante un periodo de 10 a 14 días, para asegurarse así, de que eran libres de tifus antes de cruzar a los Estados Unidos.

Los funcionarios de salud pública vieron la solicitud del alcalde como extrema. “La fiebre tifoidea no es ahora, y probablemente nunca será, una seria amenaza a nuestra población civil en los Estados Unidos”, explicó LLoyd Fellions uno de los principales cirujanos de los EEUU. “Me opongo a la idea”, en todo caso que sean “plantas de desinfección“.



Y así fue, la esterilización de los seres humanos en la frontera continuó durante más de cuarenta años…

A partir de la década de 1920, funcionarios estadounidenses en el puente Santa Fe, despiojaron y rociaron la ropa de los mexicanos que cruzaban la frontera con Zyklon B. La fumigación se llevó a cabo en un área llamadas “las cámaras de gas”…



Desinfektionskammern, (cámaras de desinfección) en la Alemania nazi. En el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, los nazis adoptaron Zyklon B como agente de fumigación en los cruces de frontera con Alemania. Más tarde, cuando la solución final se llevó a efecto, los alemanes encontraron un uso más siniestro a este peligroso y letal plaguicida. Ellos usaron el Zyklon B en sus cámaras de gas propias no sólo para matar piojos, sino para exterminar a millones de seres humanos. En 1938, tres años antes de los primeros campos de la muerte, el nazi químico Dr. Gerhard Peters publicó un informe completo en la revista científica alemana Anzeiger Schadlingskunde.



Al margen de la barbarie nazi, la historia cultural de El Paso y Juarez establece la brutalidad sistemática del departamento de inmigración de los EEUU., a lo largo de la frontera del Río Grande, donde los mexicanos fueron obligados a desnudarse y ser sometidos a una elección y una denegación, (por la homosexualidad, el bajo coeficiente intelectual, y las deformidades físicas), y como no, la desinfección con diversos fumigantes tóxicos, incluidos la gasolina, el queroseno, ácido sulfúrico, y finalmente en 1929, el Zyklon-B, (ácido cianhídrico)... El mismo gas utilizado en los campos de exterminio del Holocausto, y que seguramente produjo sin lugar a dudas efectos secudarios entre los inmigrantes mexicanos.



La razón aparente para la fumigación, fue el temor a una epidemia de tifus, sin embargo, en 1916, un año antes de los obligados baños, sólo dos casos de tifus se producieron en los barrios más pobres de El Paso. Según David Dorado Romo, puntualizando al final de su libro Asiento de primera fila para una revolución, “Este es un enorme agujero negro en la historia, y una prueba sorprendente de la influencia de las técnicas de inmigración de los EE.UU. sobre los nazis“.


Mucha más información en The Firts Post, en Cinco puntos y en Npr



Extraído de: A

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